sábado, 17 de noviembre de 2007

El call frustrado

Se escuchan voces de todos lados, no paro de escuchar voces,
parecen desesperadas. De improviso cesan, se escuchan voces
hablando bajo, murmuran. Abro los ojos, me encuentro solo, se
encuentra todo muy oscuro; miro a mi alrededor, sólo veo dos
separadores y mi reflejo en una pequeña pantalla justo en frente
mío; veo mi rostro cansado por el mal dormir, logro distinguir
levemente mi tez pálida, casi sin color. El tiempo pasa muy
lentamente, cae una llamada recordándome que me encuentro
trabajando, se enciende la pantalla luminiscente y comienzo a
digitar teclas como por instinto.

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