jueves, 27 de septiembre de 2007

"Take me a picture"

Ven... tomame una foto!
inmortaliza el sentimiento y se la complice mirada.
Se el pincel de mi corazon, y pinta el más hermoso encuentro
donde la pasión y el sentimiento se fundan en un solo instante,
en un solo beso.

Arrodilla mi orgullo y envaina la espada que sucumbe a mi
tristeza. Rompe el hielo de mi actuar y se la musa inspiradora
de mis lineas. Robame un beso sin consultar, que yo no
opondre ninguna resistencia.
Guiame y deja tus huellas plasmadas en la arena para que no
pueda perder tu paso en el camino.

Ven... tomame una foto!
inmortaliza mi mirada y
guarda el sentimiento.

martes, 25 de septiembre de 2007

Debo Reconocerlo...

Debo reconocerlo...
Soy un enamorado empedernido y un soñador por excelencia.
Tomo mi cuaderno para escribir ilusiones y dibujar fantasias.
Fantasias a las cuales me gustaria pertenecer, de las cuales me
gustaria ser el actor principal. Soy un contorsionista de temores,
un activista de pasiones y un artista de sonrisas.

Escribo mis melodias y hago un duo perfecto con mis pensamientos.
Soy un descubridor de poesias y un sinsabor de amores, un
representante del beso apasionado y de las lagrimas derramadas
en tu mejilla.

Debo reconocerlo...
soy otro actor de esta vida, un enamorado empedernido y un
soñador por excelencia.

domingo, 23 de septiembre de 2007

BAR


Baúl de historias. Casi todas repetidas. Rostros tristes de miradas
clavadas siempre en el horizonte. Miradas que traspasan el licor
contenido en el vaso, como si este fuera un portal del tiempo, que
los transporta a momentos mejores. A tiempos en los que fueron
felices. Como si el licor les fuera a responder lo miran y admiran
largamente. Lo beben con la mano izquierda pues casi siempre la
derecha está ocupada en sostener el cigarro.
A eso huele el Bar, a nicotina y trago, a piso medio trapeado con
cloro, a sudor de hombre triste y a espíritus derrotados.

Están los que hablan desde que se sientan. Para ellos esto es más
un confesionario y yo soy más un sacerdote expiador que un
cantinero. Están los tímidos, que calientan la lengua y las agallas a
partir del primer trago. Los que entran, beben y se van, como
pasajeros de tour...

La barra del bar. Donde se reclinan a pedir sus brebajes
embriagantes y verme secar los vasos. Un ritual de hombres, donde
entendemos que a veces basta tomarse un trago en silencio con los
conocidos de siempre, antes de enfrentar los problemas de la casa...
a veces necesitamos hablar. Nadie se burla, casi nadie es juez, todos
camaradas. Sí, hay algunos cobardes... pero no son necesariamente
los que lloran. Porque, ¿puede haber algo más triste en este mundo
que la lágrima derramada de un hombre bueno y valiente?